viernes, 10 de agosto de 2012

Cucharilla...cuchara mmm... cucharón... ahh eso no!

La tan temida hora de comer, en la que prefieres estar cocinando a que te manden a poner la mesa. Es cierto que normalmente con un par de cubiertos nos arreglamos en nuestra vida diaria y que muchas veces no colocamos la mesa para comer sino que se coloca todo más o menos y vamos escapando. Pero llega la Navidad y las comidas en familia y mi cuerpo tiembla nada más acordarme de las cenas en casa de mi abuela.

Intentar meter a 12 personas cenando en una mesa de 6 ya es difícil. Con un apaño juntando dos mesas aun podemos comer, sin estirar mucho el hombro, no sea que ocurran accidentes y eso de levantarse mientras se come está prohibido, no porque sea de mala educación, es que si mueves tu silla hay que mover las que están alrededor para poder salir.

Una vez que está controlado el número de personas y has colocado los platos, mi abuela se empeña en poner todos los cubiertos. Si,sí, TODOS, por poner ponemos hasta un cubreplatos. Bueno recordemos que somos 12 y entre tanto plato, vaso, copa, cubierto, ya no sé ve ni el mantel. Y hay que intentar colocar por lo menos 10 platos con cosas de picar, total que llega la comida y no tenemos hambre.

Un día llegó un amigo de mi tio a cenar y cuando llegó mi abuela con los calderos del primer plato, dijo: ¡Ah, ¿pero que esto no era la cena?! Pobre hombre, hasta un tupper se tuvo que llevar a casa. Si es que con lo que cocina mi abuela para Nochebuena tenemos para comer todas las navidades.

Pero me emociono y nos desviamos del tema. Muchas veces queremos organizar una cena en casa para unos amigos y nos apetece vestir un poco más la mesa. Colocamos un mantel y un centro de mesa y luego no sabemos como colocar bien los cubiertos. Me encontré con una imagen sencillita paseando por internet y la verdad es que me pareció bastante ilustrativa, a pesar de estar en inglés se entiende todo.


Y para los que aun así no se enteren muy bien de como va la cosa, siempre quedará comprarse estos salvamanteles, que aunque no son muy decorativos, siempre estaremos seguros de que hemos colocado todo en el orden correcto.


Un beso y ¡sonrían que ya es viernes!

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